

Descubra más de Pantalla íntima
5 años con mi iPhone XS, la historia de un cambio
Imaginad al mayor geek que conozcáis, un apasionado de la tecnología que siempre está al tanto de todas las novedades y con el último modelo de teléfono móvil en la mano. Ese era yo hace 5 años.
Hola a tod@s,
Hoy quiero compartir con vosotros una historia personal. Una historia de un gran cambio en mi vida.
Algunos de vosotros ya me conocéis bien y sabéis que siempre he sido un fan de la tecnología. Un geek comprometido que disfrutaba probando el último dispositivo móvil que llegaba al mercado. Cambiaba de teléfono cada año, y en mis mejores momentos, gracias a ser uno de los miembros de Pasión Geek, uno de los podcasts tecnológicos más importantes de España (allá por el 2013), lo hacía varias veces al año. Era una oportunidad emocionante para probar las últimas novedades.
Pero todo cambió hace cinco años. Varios factores me llevaron a este cambio radical. Uno de ellos fue la vorágine de probar constantemente nuevos dispositivos, que se convirtió en algo agotador más que en una diversión. El estancamiento en la innovación tecnológica también jugó un papel en mi cambio de mentalidad.
Además, una experiencia personal intensa me hizo replantearme qué es verdaderamente importante en la vida. Me hizo reconsiderar en qué quería invertir mi tiempo y mis recursos. En Pasión Geek, el 95% (y creo que me quedo corto) de los dispositivos que probábamos los pagábamos de nuestro bolsillo. Esa inversión constante empezó a parecerme excesiva, por mucho que después se vendieran siempre se pierden recursos por el camino.
Así que tomé la decisión de reducir considerablemente mi consumo de tecnología y alargar la vida útil de los dispositivos que ya poseía. Estoy orgulloso de decir que aún uso mi iPhone XS, que este año cumplirá cinco años. Un logro notable para alguien como yo que estaba acostumbrado a cambiar de teléfono cada pocos meses.
Además de mi móvil, tengo un portátil, un ordenador de sobremesa (dos por el hecho de que me muevo entre dos casas), y un Apple Watch Series 4, que también tiene ya unos añitos.
No pretendo criticar a aquellos que disfrutan actualizando su tecnología con frecuencia. Mi intención es compartir mi historia personal, mi viaje de autodescubrimiento y crecimiento. Era un cambio que necesitaba hacer, y del que estoy muy orgulloso. He logrado desconectar de compras que, en algunas etapas, se habían convertido en compulsivas y que ya no me proporcionaban la misma felicidad que antes.
En este viaje he aprendido a valorar lo que tengo. He comprendido que, en muchas ocasiones, menos es realmente más y que estamos a menudo expuestos a una avalancha de tentaciones de consumo que, en realidad, no necesitamos. He descubierto por otro lado que la clave de la productividad no reside en poseer la última tecnología, sino en saber cómo usar eficazmente lo que ya tenemos. Lo que mi amigo
llamaría “vida simple”.Y aquí me encuentro, cinco años después, contemplando que este año quizás sea el momento de despedirme de mi querido iPhone XS y otorgarle el descanso merecido a sus componentes desgastados. Con un puerto de carga que ya no alimenta su agotada batería, es evidente que su tiempo ha llegado. ¿Cuál será mi próximo teléfono? Aún no lo sé. Pero lo que sí es seguro es que no haré una compra impulsiva. Mi elección será cuidadosa y meditada.
Y esta es mi historia chic@s. Sé que puede parecer una tontería, pero sentí la necesidad y sobre todo las ganas de compartirla. Espero que os haya resultado interesante y os animo a compartir vuestras propias historias de cambio… o de no cambio, según se mire 😘.
¡Hasta la próxima!